La fábrica de Bolívar y Chimalpopoca colapsó, y el tiempo colapsó también. En este tiempo de crisis nos encontramos con recuerdos indistinguibles del presente. El espacio también colapsó, Bolívar 168 se convirtió en San Antonio Abad. Quién sabe qué otros tiempos y espacios también se estaban plegando en este punto crítico. De alguna manera, la gente de la Ciudad de México buscaba desesperadamente los cuerpos de trabajadorxs de entonces y de ahora... y quién sabe de qué otras geografías y calendarios.
Encontrar un cuerpo significaba encontrar todos los cuerpos, todas las personas aplastadas por el capitalismo.